Cinco extrañas adicciones

Existe una delgada línea entre el comportamiento adictivo y compulsivo. Durante mucho tiempo las drogas y el alcohol fueron los dos íconos que marcaban claramente la existencia de una adicción, hasta que los neurólogos y psicólogos aprendieron que las señales químicas activadas en el cerebro durante ciertas actividades (sexo, juegos de apuestas) pueden generar comportamientos igual de adictivos que consumir esas dos legendarias sustancias.

Detrás de esas dos bien conocidas adicciones, existen otros comportamientos que a pesar de parecer tan oscuros, se ajustan al hecho de ser potencialmente dañinos y difícil de renunciar a ellos. Generalmente empiezan como una manera de experimentar placer o aliviar la ansiedad, justo igual a las bases fundamentales de la dependencia química.

Número 5

Limpiar frecuentemente: Algunas personas convierten la acción de limpiar en una adicción tan fuerte que deben pasar cada minuto de sus vidas limpiando y repasando cada zona ya limpia. Puede llegar a convertirse en una adicción tan severa, que hay casos registrados de intento de suicidio como una forma de alivio a este estresante hábito.

Número 4

Halar y arrancarse el pelo: La tricotilomanía, es un comportamiento compulsivo que hace que las personas que lo padezcan se arranquen su propio pelo. Puede ser del cuero cabelludo, las cejas, las pestañas, o cualquier otra parte del cuerpo, conduciendo a la calvicie en ciertas áreas notables. La Tricofagia es una extensión de esta enfermedad, en la que la que la persona se come el pelo arrancado. En casos extremos conduce a asfixias a causa del exceso de pelo en el estomago.

Número 3

Rescatar animales: Es una acción derivada del Síndrome de Diógenes. En Colombia no es un síndrome muy conocido, pero en Europa y Estados Unidos es común y no mal visto, salir el día de "botar muebles", a recoger lo que tal vez pueda ser reutilizable, ya que muchas veces no se botan por mal estado, sino por remodelación. Recoger animales, es un subgrupo particular del Diógenes, que se convierte en un problema cuando el dueño ya no puede mantener las condiciones de saneamiento e higiene necesarias para sus animales, y sin embargo se niega a salir de sus mascotas.

Número 2

Oler gasolina: Oler gasolina produce efectos parecidos a beber alcohol y causa euforia, entumecimiento, desorientación y mareo, por lo que es una experiencia gratificante que puede convertirse rápidamente en una adicción. Como consecuencia genera daños cerebrales, en el sistema respiratorio, coma, anomalías congénitas, y en caso de sobredosis, la muerte.

Número 1

Hábito de comer tierra o arcilla: Se conoce como Geofagia, y puede ser el resultado de una severa deficiencia de hierro y calcio en el organismo, y se ha visto en el caso de niños discapacitados a los que le falta la atención de sus padres. Este comportamiento es común y normal en los animales que lo hacen para aliviar dolores, y aliviar la diarrea.

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