En qué consiste una terapia de grupo
Existen múltiples oportunidades en la terapia de grupo, pero también mucho desconocimiento. En este artículo te explicamos de qué se trata, para qué sirve y cómo se desarrolla.
Hablar de terapia de grupo es aludir a un término que agrupa numerosa cantidad de intervenciones terapéuticas. La clave de las terapias grupales es su objetivo se centra en el desarrollo y fortalecimiento de habilidades cognitivas y conductuales de los asistentes.
A su vez, este tipo de técnica de orientación psicológica conlleva un gran beneficio adicional a nivel social, pues la experiencia grupal como tal es de entrada una oportunidad para romper con temores y crecer emocionalmente.
Origen de la terapia de grupo
Desde las décadas de los 20’s y 30’s la terapia de grupo se fue desarrollando gracias a los aportes de diversos profesionales que, como Pratt y Lazell, iniciaron intervenciones grupales en casos de la tuberculosis y en pacientes con esquizofrenia respectivamente.
Sin embargo, a raíz de los estragos psicológicos posteriores a la Segunda Guerra Mundial, la terapia de grupo se popularizó en Estados Unidos en donde se fundaron diversas organizaciones que se centraron en el estudio de estas técnicas.
Tipos de grupo en las terapias
En la actualidad la terapia de grupo es muy diversa ya que tiene un gran espectro de posibilidades, y por ende su clasificación en grupos terapéuticos no es un tema con un solo orden.
Aun así, existen diferencias que nos permiten agruparlas según la composición y estructura del grupo en terapia:
- Grupos psicoeducativos y centrados en el proceso
Este tipo de terapia de grupo tiene como objetivo el acompañamiento de los miembros en la creación de habilidades y herramientas que necesitan para enfrentar las dificultades. Por ejemplo, terapias de grupos para familiares de un paciente con trastorno bipolar, grupos de adolescentes que estimulan la educación emocional, entre otros.
- Grupos de diferentes tamaños
Las terapias de grupo pueden darse en grupos grandes o pequeños. Generalmente un grupo pequeño está compuesto por un promedio de entre 5 y 10 miembros, cantidad que conlleva a la creación de lazos estrechos entre los miembros.
Algunos expertos opinan que el ideal es que haya entre 8 y 10 personas en un grupo, pues, aunque los grupos grandes suelen ser más productivos, pueden derivar en la división de tareas y formación de subgrupos.
- Grupos cerrados y abiertos
Básicamente los grupos cerrados son aquellos que tienen los mismos miembros desde el inicio hasta el final del proceso terapéutico, y los abiertos son sensibles a recibir nuevas personas.
Estos enfoques los decide el profesional a cargo pues es quien conoce a fondo el objetivo y las condiciones del proceso. Sin embargo, es frecuente encontrar grupos abiertos en asociaciones como los Alcohólicos Anónimos y hospitales psiquiátricos.
Acompañamiento psicológico a la familia de un enfermo
- Grupos homogéneos y heterogéneos
La composición de los grupos también puede distinguirse por la homogeneidad o heterogeneidad que se determina en función de un criterio.
Es decir, en la terapia de grupo puede tratarse una misma problemática o varias y los miembros del grupo también pueden variar en edad, género u otros.
En los grupos homogéneos el proceso puede ser más rápido y menos problemático debido a la cohesión que se genera, pero en los grupos heterogéneos en los que se observan casos con diferentes trastornos o dificultes, se da la oportunidad de conocer alternativas distintas de comportamiento y aprender de ellas.
Las fases de la terapia grupal
Entre los teóricos de la terapia grupal existen puntos en común en la definición de sus fases. En este caso, nos centraremos en las que Gerald Corey ha desarrollado y en las que coincide con otros especialistas:
- Inicial o de orientación
Además de dar la bienvenida, el terapeuta establece claramente las normas del grupo, promueve la confianza entre sus miembros y hacia él.
- Transición
Es natural que en este punto los miembros del grupo sientan temor a exponerse, tengan dudas acerca de lo que podrán lograr en él, surjan conflictos entre los miembros o ponga en duda la autoridad del terapeuta.
- Trabajo
Para llegar a la cohesión en el grupo, según Corey, los participantes deben afrontar problemas concretos, así como los conflictos entre ellos. Aquí, el terapeuta probablemente centre sus esfuerzos en desafiarlos para que avancen hacia sus metas terapéuticas.
- Fin o de consolidación
Tras el aprendizaje y los logros, en la terapia de grupo se realiza una recapitulación del camino recorrido y todas las ganancias alcanzadas por cada uno de sus miembros.
Este cierre permite aclarar el panorama, reconocer los logros y reforzar las lecciones. Es natural que a veces los miembros del grupo sientan miedo de enfrentar situaciones nuevas o recurrentes sin el apoyo de sus compañeros, por eso el terapeuta deberá crear el escenario ideal para llegar a este punto y en algunos casos, realizar algunas terapias de seguimiento.
Si estás atravesando dificultades familiares o sientes que este tipo de terapia es la adecuada para ti, te invitamos a asesorarte de los profesionales expertos en este tema que están cerca de ti. Consulta el listado que hemos creado para ayudarte en tu proceso.
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