Mi hijo se disfraza de princesa

Ser padres no es simple, aunque se cuente con gran cantidad de recursos como en el caso de los padres famosos. Ellos, como todos los demás, dan brincos entre desaciertos y aciertos. La actriz Charlize Theron, por ejemplo, fue objeto de críticas al permitir que su hijo Jackson saliera a la calle con una trenza rubia al estilo de la reina Elsa de Frozen pues, aunque la película encantó a muchos niños y niñas, hubo quienes hasta se plantearon cómo puede ser legal que una madre permitiera algo así.

El caso de Theron es uno de varios que han llegado al ojo público, pero lo cierto es que muchas mamás y papás anónimos (o 'no famosos') que enfrentan la misma batalla cuando sus hijos tienen el deseo de vestirse de una manera que no corresponde a su género según la sociedad.

El escritor y estudiante de Psicología Clínica, Seth Menachem, se ha vuelto un famoso instagrammer publicando las fotos de su hijo Seth, disfrazado con personajes femeninos. Él admite que al principio le parecía incorrecto y reprendía a su hijo pero, poco a poco, se fue dando cuenta de que era parte de su creatividad y de que lo hacía como un juego. Decirle que estaba mal vestirse como su hermanita era difícil de justificar e imposible de entender para el niño.

"no hay razón para que los padres sofoquen la creatividad y la libertad de sus hijos cuando se hace de una manera sana. Tristemente, a lo largo de sus vidas su creatividad la truncarán muchas veces. Déjenlos que disfruten esos momentos. Quizás sus hijos disfrutan cuando juegan a disfrazarse. Quizás quieren probar una nueva identidad. Pero no es usted quien lo debe definir", escribió Menachem en el libro 'Mi hijo se pone vestidos y para mí está bien'.

¿Es 'normal' que un niño se disfrace de princesa?

Existe un inmenso el debate alrededor de esta pregunta y es que en medio de la celebración de Halloween algunos padres se sienten preocupados por este asunto. El mismo hecho de determinar qué es normal y qué no, es un tema más de perspectivas que de consensos.

Siempre es prudente acudir a un profesional en psicología infantil si es que nos sentimos extraviados o confundidos ante los retos de la crianza, pero más allá de determinar si es o no 'normal' es importante decir que hay bastante diferencia entre la perspectiva de un adulto y la de un niño.

Nacemos sin estereotipos ni prejuicios, y para ellos los colores son colores y no hay colores 'para niños' y colores 'para niñas', estas diferenciaciones como otras, que la sociedad ha aceptado son aprendidas con el tiempo y la experiencia. En ellos no hay intenciones ocultas sino disfrute y deseos de explorar.

"El juego es la forma más alta de la investigación"-Albert Einstein.

¿Se relaciona a la orientación sexual?

Algunas veces las miradas de desaprobación de los extraños hacen que los padres se sientan en la necesidad de defender y argumentar sus decisiones. Si alguien ve a un niño jugar con muñecas puede hacer un gesto de desagrado, pero eso no significa que el pequeño esté haciendo algo malo pues puede disfrutar de muñecas, carros y robots con la misma facilidad e inocencia que todos tuvimos en nuestros primeros años de vida.

"He visto muchas formas en las que los padres pueden ser dañinos para el desarrollo de sus hijos y dejarlos ponerse vestidos no es una de ellas", explica Menachem en su libro.

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Según la etapa del niño la visión es un poco diferente, pues cerca de los 12 años es cuando se está en pleno proceso de la identidad sexual. Aun así, los juguetes no deberían representar un problema según las afirmaciones de la psicóloga infantil Laura Górriz, en entrevista realizada por el portal El Mundo:

"Los juguetes están hechos para que los niños se desarrollen y experimenten. Son ellos los que tienen que elegir el juguete que les hace sentir bien. Además, el disfraz es un tipo de juego en el que el niño quiere ser otra persona. Y, por tanto, no tenemos que preocuparnos si un chiquillo quiere disfrazarse de princesa. No tiene nada que ver con un trastorno de género"

¿Qué debemos hacer?

El reto de la crianza es un camino que cada padre asume a un ritmo distinto, pero en general es bueno volver a lo básico y entender que un disfraz es un juguete para los niños (y solo eso).

Quizá el deseo de tu hijo por vestirse como una princesa tiene un poco más de relación a la exposición publicitaria que los medios han desplegado alrededor de ese personaje, quizá ama tanto una canción o una película que desea continuar su juego e interacción a través del disfraz.

Para la psicóloga colombiana, María Esther Revelo, la molestia que sienten los padres por la ropa que se ponen sus hijos generalmente refleja sus propias inseguridades o temores. "Es un tema más social, más cultural. Son pautas de vida que se tejen en cada familia. Está bien que se vista de Batman o de Superman, eso está aprobado, pero que se quiera vestir de Blanca Nieves, no estaba bien. Ahí empieza la burla. La mamá de entrada descalifica y dice que esa no es ropa para un niño sino para una niña y que se tiene que vestir como un niño. El niño no cree que esté haciendo algo malo (…) Pero al escuchar: 'Eso no lo debes hacer', siente que está actuando contra algo y crear ese temor en el niño nos puede llevar a un comportamiento inadecuado. Hasta el momento, todo se trataba de la simple elección de un vestido, nada más".

Halloween: Mi hijo no quiere disfrazarse

No hay que perder la perspectiva y sobredimensionar algo. Aunque hasta hace algunas décadas era impensable, hoy una mujer puede disfrutar el ser mecánico, soldado o cualquier otra profesión que anteriormente se asociaba a los hombres sin que esto tenga la mínima relación con su identidad u orientación sexual. Muchos psicólogos recomiendan no darle demasiada importancia al tema de los disfraces para 'niños o para niñas' y tratar el asunto con naturalidad, sin embargo si sus preocupaciones continúan recuerde que siempre puede contar con asesoría profesional.

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