¿Qué es la anorgasmia?
La anorgasmia es una disfunción sexual que consiste en la imposibilidad sistemática de llegar al orgasmo. Afecta en su mayoría a la población femenina, pero los hombres también pueden padecerla, y tiene especial relación con factores psicológicos.
El paciente puede sentir deseo, excitarse y disfrutar de la estimulación de un encuentro sexual, pero no llega al clímax, definido como el momento en el cual sube la concentración de la sangre en los órganos genitales y comienzan las contracciones musculares para liberar la tensión sexual en el orgasmo.
Es importante tener en cuenta que el orgasmo no es necesariamente producto de la penetración sexual. Tanto hombres como mujeres pueden llegar a él con la estimulación exterior, las mujeres especialmente requieren de esta, pues el clítoris, el órgano femenino que les proporciona placer sexual, queda en el exterior del orificio vaginal.
También vale la pena aclarar que el orgasmo no siempre tiene conexión con la eyaculación (la expulsión de fluido biológico durante del clímax sexual), aunque es más frecuente en las mujeres, es posible llegar al orgasmo sin eyacular y no debe ser motivo de preocupación. La falta de información sobre las relaciones sexuales y los conceptos erróneos que nos transmiten los medios de comunicación muchas veces son la causa del estrés que nos impide disfrutar del sexo a plenitud.
¿Cuáles son las causas de la anorgasmia?
A pesar de lo que muestran los medios, tener orgasmos no es tan fácil. Este pico placentero es una reacción compleja a muchos factores físicos, emocionales y psicológicos. Si la mujer presenta algún problema en alguno de estos puntos, la capacidad de tener orgasmos puede verse afectada.
El orgasmo es un conjunto de reacciones físicas y psicológicas, por lo tanto no es un proceso tan sencillo como parece y las causas de sus disfunciones son múltiples. La parte física se puede ver afectada por enfermedades como la diabetes y las enfermedades neurológicas, como la esclerosis múltiple. Luego puede haber problemas ginecológicos como alguna cirugía o relaciones sexuales dolorosas, que pueden darse por problemas de lubricación, lesiones, trastornos en la piel de la zona, vaginismo y anomalías congénitas.
Algunas sustancias pueden interferir en los orgasmos, por ejemplo, los medicamentos de la presión arterial, los antihistamínicos y los antidepresivos. El alcohol y el tabaco también lo hacen porque limitan el flujo sanguíneo. El envejecimiento es otra de las principales causas de la anorgasmia secundaria, pues los cambios en los sistemas endocrino, neurológico y circulatorio afectan el proceso normal del clímax.
¿Cuáles son los síntomas de la anorgasmia?
El síntoma es la dificultad o imposibilidad de llegar al orgasmo. Sin embargo, pueden variar sus manifestaciones de acuerdo al tipo de anorgasmia que se padece. Las hay primarias, donde es imposible alcanzar el orgasmo a pesar de la eyaculación, y secundarias, cuando se deja de tener orgasmos súbitamente.
El orgasmo es un conjunto de reacciones físicas y psicológicas, por lo tanto no es un proceso tan sencillo como parece y los síntomas deben analizarse de acuerdo a las causas particulares en cada caso. La imposibilidad de llegar al orgasmo se puede ver afectada por enfermedades como la diabetes y las enfermedades neurológicas, como la esclerosis múltiple. Luego puede haber problemas ginecológicos como alguna cirugía o relaciones sexuales dolorosas, que pueden desencadenar síntomas como la falta de lubricación o trastornos en la piel de la zona vaginal.
¿Cuáles son los tipos de anorgasmia?
Además de ser primaria o secundaria, la anorgasmia puede ser absoluta, cuando un paciente nunca ha tenido un orgasmo; relativa, cuando no se llega al orgasmo de una manera específica, por ejemplo, en el coito; y circunstancial, cuando solo se llega de una forma o con una persona determinada.
Fuera de las causas físicas, que solo suelen ser el 5 % de los casos, la anorgasmia responde a causas psicológicas individuales o de pareja. Las individuales pueden ser problemas de salud mental, como la depresión o la ansiedad; baja autoestima, estrés, culpa, temor y vergüenza relacionados con creencias y abusos del pasado. En cuanto a la relación de pareja, puede presentarse la anorgasmia por falta de conexión, conflictos sin resolver, problemas de comunicación y violencia intrafamiliar.
Muchas de las personas que sufren de esta disfunción no consultan por vergüenza o porque creen que el sexo sin orgasmo es normal, sin embargo, hay que tener en cuenta que el orgasmo, tanto femenino como masculino, es parte de la función reproductiva, pues las contracciones musculares ayudan a los espermatozoides a transportarse una vez en el cuerpo femenino y crea un ambiente más propicio para la fecundación.
¿Cuáles son las consecuencias de la anorgasmia?
La principal consecuencia de la anorgasmia es no poder tener relaciones sexuales plenas, lo que puede llevar a problemas de pareja o a agravar condiciones psicológicas que el paciente ya padezca como el estrés o la falta de autoestima.
Es importante tener en cuenta que el sexo es un ejercicio físico, por tanto, exige de nuestro cuerpo las condiciones óptimas, por lo que es aconsejable revisar qué tan saludable es nuestro estilo de vida y si hay alguna medida que podamos tomar para corregirlo que tal vez pueda ayudar a la solución del problema, como el ejercicio físico cotidiano, una buena alimentación y el consumo moderado de sustancias como el tabaco o el alcohol.
También podemos intentar mejorar la comunicación en pareja y conversar sobre los gustos sexuales de cada uno, sin embargo, esto no suele ser tan sencillo por las inhibiciones y el desconocimiento, y se puede requerir la intervención de un profesional como guía.
¿Cómo se trata la anorgasmia?
Primero, es importante descartar causas físicas, si las hay los tratamientos dependerán de ellas. Pueden ir desde la revisión de los medicamentos que consume el paciente regularmente e intervenciones quirúrgicas, hasta un tratamiento suplementario de hormonas, sin embargo, esto generalmente no es suficiente y se recomienda consultar también un terapeuta.
Para enfrentar las causas psicológicas, lo primero es la exploración y aceptación del cuerpo para sentirnos más cómodos con él y saber qué es lo que nos gusta sexualmente, luego se debe poder transmitirlo a la pareja con una mejor comunicación. También es aconsejable evaluar si estamos recibiendo la correcta estimulación y qué otras técnicas o posiciones podrían ayudar a mejorarla. Aquí también se recomienda la terapia, pues la solución suele ser progresiva.
¿Quién te puede ayudar?
Es importante recurrir primero a un médico que descarte cualquier tipo de causa física de la anorgasmia. Esto supone un examen físico y el análisis de la historia clínica del paciente. Si no hay problemas en este campo, el médico recomendará terapia psicológica.
De acuerdo a las causas de la anorgasmia, puede recurrirse a diferentes tipos de terapeuta. Si se trata de una relación negativa con el sexo por cuestiones del pasado o educativas, se debe recurrir a una terapia conductual que nos ayude a desatar esos nudos. Si se debe a problemas de la pareja como conflictos o mala comunicación, la terapia de pareja sería una muy buena opción para aclarar el panorama. Si se busca una respuesta más directa, los sexólogos pueden dar otras perspectivas de la situación y recomendar ejercicios para superarla. Consulta en nuestra página los diferentes especialistas disponibles.
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