¿Qué es la fonoaudiología?
La fonoaudiología o terapia del lenguaje es una disciplina que estudia los trastornos del lenguaje, tanto oral como escrito. Para ello recurre a la medicina, la psicología y la lingüística. Sus pacientes llegan remitidos por otros especialistas que ven la necesidad de terapia para mejorar las habilidades comunicativas.
Esta disciplina no solo actúa en tratamientos de largo plazo, sino que puede prevenir los problemas de comunicación o incluso ayudar en el diagnóstico. Cuando estos se dan, puede colaborar en la búsqueda de las causas y remitir a otros especialistas, pues estos trastornos incluso llegan exigir intervenciones quirúrgicas.
En el ámbito laboral, la logopedia determina las capacidades de los trabajadores y puede monitorear su deterioro cuando su rutina incluye el riesgo de afectarlas. También puede desarrollar estrategias o dispositivos para prevenir ese deterioro. De la misma forma, elaboran dispositivos para cubrir las deficiencias sensoriales que afectan la comunicación humana y entrenan a los pacientes en su uso.
¿Qué relación tienen la fonoaudiología y la psicología?
Los trastornos en la comunicación humana pueden tener dos tipos de origen, el físico y el psicológico. Incluso cuando las causas son físicas, también puede haber factores psicológicos que ayudan en el tratamiento de los trastornos físicos.
Por ejemplo, cuando el trastorno del lenguaje se da por causas ambientales, dificultades de aprendizaje, problemas emocionales o conductuales, la psicología puede ayudar en el diagnóstico y tratamiento. Esta ciencia puede resolver las causas del trastorno o proponer estrategias que faciliten el tratamiento a largo plazo.
Cuando se trata de problemas físicos, la psicología también puede ofrecer el soporte necesario para afrontar estas dificultades o ayudar al avance de los tratamientos, por ejemplo, cuando la alteración se debe a un déficit cognitivo.
¿Cuáles son los tipos de trastornos que trata la fonoaudiología?
La logopedia trata trastornos en el desarrollo y la ejecución de las capacidades empleadas en la comunicación humana como el habla, la lectura, la escritura y la audición. Estas afecciones pueden ser generadas por múltiples causas y manifestarse en diferentes momentos de la vida, también lo hacen de manera simultánea.
Como los trastornos son tan variados, la clasificación más usual es de acuerdo a sus causas:
- Por desarrollo: son aquellos en los que estas capacidades no se desarrollan con normalidad en la infancia.
- Por déficit cognitivo: cuando ese desarrollo se limita por la capacidad mental.
- Por déficit sensorial o físico de nacimiento: cuando el desarrollo se limita por la capacidad física.
- Por dificultades de aprendizaje: durante este proceso pueden darse incongruencias entre las capacidades y las exigencias del niño dando origen a trastornos.
- Por causas físicas adquiridas: los trastornos aparecen luego de un accidente o el deterioro físico.
- Por causas psíquicas adquiridas: un evento traumático puede detonar la aparición de uno de estos trastornos.
¿Cuáles son los trastornos del lenguaje y de la audición más habituales?
Los más comunes se dan en la infancia, durante el desarrollo físico y en el proceso de aprendizaje. En ocasiones, la terapia puede ayudar a solventarlos si son tratados y detectados a tiempo, si no pueden llegar a acompañar al paciente a la vida adulta.
El trastorno específico del lenguaje es el más común en el desarrollo, este casi que se diagnostica por exclusión, pues no se debe a cuestiones físicas y cognitivas específicas, pero sí tiene origen genético. Los síntomas se manifiestan en diferentes grados y no necesariamente se presentan todos, pueden ser dificultades de fluidez, expresión limitada, problemas de gramática, comprensión deficiente y sordera verbal.
En el aprendizaje, la dislexia y la disgrafía son los más comunes. Estos se presentan cuando el niño tiene todas las capacidades, sin embargo, en apariencia no asimila bien la información y empieza a confundir sonidos o grafías.
También puede ser frecuente el tartamudeo o las dificultades en el habla por cuestiones emocionales, como no son constantes o pueden ser leves, muchas veces no se tratan afectando otros aspectos de la vida, como la socialización.
¿Cómo detectar un retraso en el desarrollo del lenguaje de los niños?
La capacidad de reacción y la falta de interacción dan las primeras señales de dificultades en los bebés, especialmente cuando los trastornos se deben a problemas físicos. Cuando son retraídos o no responden a ciertos estímulos es necesario un examen médico. Más adelante se presentan otras señales que requieren consulta.
A partir de los dos años, cuando ya se debió adquirir el lenguaje, es necesario consultar si, en primer lugar, no se ha logrado esta meta, luego si no se comprende lo que el niño dice o no logra articular correctamente. Otro síntoma que puede aparecer con en una etapa específica es el tartamudeo, que aparece entre los cinco o seis años.
Otros signos de consulta son la afonía sistemática, la pérdida de la audición, la respiración bucal y la dificultad en la masticación y deglución de los alimentos.
¿Cómo detectar problemas de lenguaje en los adultos?
Si no se han presentado este tipo de trastornos desde la infancia y aparecen en la vida adulta, es probable que se deban a deterioros físicos como lesiones neurológicas o la pérdida de capacidades que trae la edad.
Quienes sufren lesiones neurológicas por trauma o accidentes cardiovasculares pueden sufrir de afasia, lo que representa problemas para expresar lo que se quiere decir, entender el sentido de lo que se escucha o lee, encontrar las palabras correctas para describir objetos o lugares, o la pérdida total de las habilidades comunicativas.
Luego, con la edad es probable que los adultos mayores empiecen a tener dificultades en sus capacidades comunicativas, como en la audición. Sin embargo, también puede pasar que otros desórdenes como la demencia afecten por completo sus capacidades comunicativas. También es posible que con el deterioro cognitivo el adulto empiece a olvidar o confundir palabras, tanto fonética como gráficamente. Es claro que se debe consultar si no se logra completar un proceso de comunicación con la otra persona.
Los adultos también pueden llegar a necesitar a un logopeda por cuestiones profesionales, por ejemplo, cuando usan la voz como herramienta de trabajo o cuando deben proteger su audición en el entorno laboral. Es importante tener en cuenta que estas capacidades se pueden deteriorar y es necesario su cuidado a lo largo de la vida.
¿Quién te puede ayudar?
El primer profesional a consultar cuando sospechamos que hay alguna deficiencia en las capacidades de comunicación es a un médico que logre determinar el origen de estas alteraciones; él definirá el tratamiento necesario y luego podrá remitir a la terapia logopédica o hasta psicológica.
También los profesionales que se encuentran en contacto con los niños durante su proceso de desarrollo, como los profesores u orientadores, pueden detectar los signos de alarma de estos trastornos y sugerir una consulta, ellos se pueden convertir en parte activa y fundamental de un posible tratamiento, así como todo el entorno familiar. Encuentra en nuestro portal especialistas que te brinden asesoría.
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