Cuidado con los psicofármacos: prohibido automedicarse

En la búsqueda del bienestar a veces tomamos atajos que no son las mejores decisiones. Ante un dolor es difícil decir que alguno de nosotros no se ha tomado algún medicamento sin que un especialista se lo haya recetado.

Confiamos en que el autoconocimiento de nuestro cuerpo y mente es lo suficientemente sólido como para saber qué necesitan, sin embargo, es fácil cruzar los límites e ignorar el punto en donde es preciso buscar ayuda.

Miedo al diagnóstico

Para muchos un dolor, una sensación confusa, una crisis existencial o cualquier otro síntoma es percibido como un asunto menor si no lo decimos en voz alta, como parte de estos temores en algunos casos surge el miedo al diagnóstico de un médico o un psicólogo.

Lidiar con la incertidumbre de si nos dirán algo bueno o ‘algo malo’ es una realidad, aun así aplazar indefinidamente la visita a los profesionales de la salud física y mental es taparnos los ojos mientras lo que sufrimos avanza.

¿Sientes algo, pero prefieres esperar? Repasa con nosotros la lista de justificaciones más comunes par evitar ir al médico y al psicólogo:

• “No me molesta tanto. No es necesario consultar”.
• “Estoy muy ocupado para ir. No tengo tiempo”.
• “Es lo mismo que sentí antes. Después se me pasará”.
• “Aun me queda medicamento y creo me sirve para esto”.
• “Si pienso en otra cosa, dejará de importarme”.

“Autorrecetarse representa una conducta que implica un riesgo inminente para la salud y que puede ser mínimo o severo, dependiendo del medicamento y de la sensibilidad del individuo al mismo”. José Alcalá, psicólogo.

Relevancia de la salud mental

Pensar en consultar a un psicólogo sigue siendo algo extremo para algunos colombianos. Si hay tristeza crónica, depresión, problemas de ira, autoestima, entre otros, se priorizan otros recursos como ‘esperar que pase’ o tomar fármacos disponibles con venta libre.

Por ejemplo, hay quienes creen que como cada vez es más frecuente escuchar de casos de ansiedad y estrés entonces no hay por qué darle trascendencia sino seguir la vida, ignorar estos asuntos hasta donde nos sea posible, y cuando no podamos ‘tomar algo’ que nos haga sentir bien.

Prescindir de los servicios de un psicólogo e ir por la vía de los fármacos automedicados puede ser una vía peligrosa. Consultar e iniciar el tratamiento terapéutico indicado siempre será una mejor opción que ir a tientas intentando resolver temas de los que no tenemos conocimiento.

Peligros del mal uso de psicofármacos

Aunque estén disponibles en el mercado los fármacos actúan como un sedante al tener un efecto depresor sobre el sistema nervioso. Esto quiere decir que el efecto de los fármacos disminuye cierta activación del cerebro: disminuye su velocidad.

Actualmente hay una gran variedad de medicamentos depresores, pero los más comunes son:

• Benzodiazepinas.
• Barbitúricos.
• Opiáceos.
• Alcohol.

Las benzodiazepinas, surgieron en la década de los 60’s como herramientas para ayudar a las personas con problemas como la ansiedad, los ataques epilépticos, la ansiedad, los ataques de pánico y otros trastornos; y se tratan de un grupo de fármacos hipnótico-sedantes que algunos individuos consumen de manera combinada con alcohol para potenciar sus efectos.

Seguido de estos están los barbitúricos que son un poco menos usados ahora debido a las evidencias de la peligrosidad asociada a su administración, y luego los opiáceos como morfina, heroína y codeína.

Es importante decir que bajo la prescripción médica o de un psicólogo muchos fármacos realmente pueden ser de gran ayuda. El problema surge cuando nos saltamos este paso.

No te culpamos si tienes problemas de sueño o dificultades emocionales que te desesperan al punto de haber usado medicamentos depresores, sin embargo, es importante que sepas que automedicarte no es un camino seguro para ti y que el conocimiento de los especialistas es imprescindible para superar las condiciones de salud físicas y mentales que se nos presenten.

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Las posibles consecuencias psicológicas y fisiológicas que enfrentamos con los psicofármacos son variadas, pero de ellas se destacan:

• Problemas de dependencia.
• Desinhibición.
• Trastornos del sueño, así como somnolencia.
• Disminución de la ansiedad.
• Efectos de sedación.

Luego de desarrollar dependencia por los psicofármacos, al detenerte podrás enfrentar los síntomas propios de la abstinencia como ataques de pánico, irritabilidad, insomnio, y temblores. Pero es más grave seguir por el mismo camino de la automedicación pues en el peor de los casos  se puede presentar una intoxicación grave o una sobredosis que te haga perder la conciencia o incluso que te lleve a la muerte.

Consultar es lo más natural

Lo mejor es que veas el automedicarte como un camino prohibido y mejor, confíes en manos especialistas para iniciar un tratamiento.

Si te has dado cuenta o sospechas que tienes un problema de dependencia no dejes que el miedo te paralice, te invitamos a ponerte en acción. El primer paso es optar por la consulta médica, e incluir a un psicólogo que te acompañe en el proceso de recuperación, acá tenemos una lista de psicólogos cerca de ti que podrán ayudarte.

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Déjaselo a los expertos, consultar con un especialista en salud mental cuando percibimos una dificultad emocional o mental es tan natural como consultar con un médico cuando sentimos un dolor o un síntoma físico que nos oprime. Normaliza este proceso en tu interior. 

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