La felicidad está en los viajes y no en las compras

Muchas personas pasan sus años trabajando por alcanzar los recursos para comprar las mejores casas, la mejor ropa y en general las mejores cosas. Sin embargo y para su pesar, estos esfuerzos no siempre se traducen en felicidad ¿qué puede faltarles en esta fórmula?

Aunque no hay una receta única para ser felices, diversas investigaciones y expertos se han centrado en responder qué necesitamos para lograrlo y han descubierto que en vez de comprar más cosas deberíamos centrarnos en viajar más.

Felicidad momentánea

Tener lo mejor nos hace felices ¿no es verdad?

Nadie puede negar la emoción que nos produce adquirir el objeto que codiciamos, todos los que experimentamos esta alegría nos sentimos genuinamente felices por ese solo hecho. No obstante este tipo de felicidad va de paso. La emoción es pasajera, la novedad del artículo comprado se acaba y al adaptarnos a él, volvemos a nuestro estado natural.

Esta sensación de triunfo y alegría ha hecho que muchos se dediquen a alimentar su vida de felicidades momentáneas y, sin darse cuenta, quedan atrapados en el círculo de las compras excesivas que a largo plazo les resulta más frustrante. No tiene nada de malo comprar lo que queremos, el problema está en creer que podemos llegar a construir una vida feliz con esas alegrías fugaces.

Como mencionamos antes expertos en la felicidad apuntan a que la clave de vivir con alegría está precisamente en vivir, y aunque puede que suene redundante no lo es porque a veces en el afán por conseguir cosas se nos escapan los momentos que terminan siendo los importantes.

Estudiando para ser felices

Para todos la felicidad es una meta pero para las nuevas generaciones buscarla activamente es un asunto más serio. Como muestra de ello está la gran popularidad y asistencia alcanzada en el curso de 'Cómo ser felices' dictado en la Universidad de Harvard.

Un estudio de la Universidad de San Francisco concluyó también que la base para tener una vida feliz no está en la acumulación de cosas sino en las vivencias personales, que se obtienen por lo general al viajar.

Innegablemente casarse, tener un hijo o comprometerse son eventos que marcan la vida de cualquiera y se convierten en recuerdos maravillosos, pero según encuestas e investigaciones realizadas por empresas como Booking, la mayoría de la gente es más feliz al viajar. Hasta un 70% de los consultados dijo que salir de viaje les da más felicidad que adquirir cualquier bien material.

Cada situación en relación al viaje como la planeación, la búsqueda de destinos, la llegada al lugar, el conocer nuevos amigos y vivir nuevas experiencias, despierta una gran cantidad de emociones positivas que se adhieren al recuerdo que nos llevamos después. Al revivir el recuerdo se revive la emoción, esta conquista inmaterial acompaña a la persona constantemente y cada vez que decide compartirlo al contarlo en forma de historia se prolonga.

Viajar más que tener

El hecho de que estadísticamente la mayoría priorice las vacaciones por encima de la compra de artículos tecnológicos o las renovaciones en sus hogares es una evidencia de la sensación colectiva de que las experiencias que nos trae el viajar importan más que ciertas comodidades. La felicidad que nos da cada viaje no implica gastos excesivos ni hoteles cinco estrellas, necesariamente.

Al comprar satisfacemos una necesidad inmediata relacionada a un vacío, viajar en cambio se relaciona a la necesidad de bienestar personal en su más pura esencia respondiendo a una necesidad más profunda.

Estudiosos dedicados al tema de la felicidad, como Shawn Achor y el psicólogo Thomas Gilovich, coinciden en que las experiencias logradas en los viajes son ingredientes vitales para tener una vida feliz. Las vivencias que usualmente tenemos en esos momentos son únicas pues nos alejan de la rutina y nos generan nuevas emociones que nos estimulan e incluso nos transforman. Al viajar oxigenamos de tal forma nuestro cerebro alejándolo de preocupaciones y de lo que nos demanda de nuestra concentración, que nos es más posible encontrar o retomar la motivación para muchos proyectos o para encaminar la vida misma.

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A diferencia de lo que pasa cuando compramos algo, que más temprano que tarde va a desvalorizarse, lo que sentimos cuando viajamos se nos queda adentro en forma de recuerdo y aprendizaje, y esa es la clave que se nos sugiere: Buscar un material que perdure para construir nuestra felicidad. Por eso los psicólogos especializados en crecimiento personal insisten en la necesidad de buscar en nosotros mismos y nuestro entorno más cercano aquello que nos satisface y nos gusta potenciar.

Probablemente a la fórmula de quienes se dedican a conseguir sus sueños materiales con el fin de obtener bienestar, le haga falta inclinar un poco más su enfoque hacia lo vivido y un poco menos en lo conseguido.

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