Lo que hacemos para buscar la aprobación de los demás

Sentirnos valorados y apreciados es algo que a todos nos gusta. Esta necesidad es algo natural que incluso nos ayuda a relacionarnos con otros, entonces…

¿Por qué puede convertirse en un problema?

Perder el equilibrio emocional y la independencia son las señales claras de que la necesidad de aprobación ha pasado los límites.

Aunque ser atendidos, alentados y apoyados son necesidades que usualmente satisfacemos a través de las relaciones que tenemos con otros, perder autonomía deja en evidencia que nos hemos convertido en sobre-dependientes de esas perspectivas ajenas. Esto sucede cuando no expresamos nuestro inconformismo frente a una situación o una opinión que nos molesta; cuando nos sentimos tristes o poco valiosos si nos critican o cuando nos preocupamos de forma excesiva por nuestro aspecto personal, incluso areglándonos para los demás (y no para gustarnos a nosotros mismos).

Concentrar nuestras energías en satisfacer a otros siempre va a desencadenar en confusiones internas, sensaciones de insignificancia, vacío e incluso pérdida. La tarea de agradar todo el tiempo a otros es un imposible que puede desgastarnos demasiado, y no vale la pena, porque nos desgastamos esperando la aprobación externa. 

¿Cómo detecto si soy 'adicto' a la aprobación?

Usualmente muchas de nuestras conductas como adultos son el reflejo de los niños que fuimos alguna vez. Los modelos de crianza y la atención que recibimos de nuestros familiares y cuidadores tienen mucho qué ver en nuestra percepción de aprobación.

Piensa por un momento qué tan importante es para ti el ser aprobado por quienes te rodean y fíjate si hay algún patrón que puedas notar desde tu infancia.  Aquí es importante aclarar que todos los niños buscan la  aprobación de quienes los educan, porque es una necesidad para reafirmar la autoestima y autoconfianza. Si en la infancia no tenemos ese soporte vital, puede convertirse en una carencia a lo largo de la vida adulta. 

Hay casos en los que no es así y se requerirá del análisis de un psicólogo experto para detectar las raíces del problema y el cómo superarlo, sin embargo, es frecuente que cuando un niño no se siente suficientemente valorado o amado, desarrolle defensas que le permitan sobrellevar la situación pero que a largo plazo se conviertan en un obstáculo para relacionarse.

Un niño poco valorado puede convertirse en un adulto con problemas para, inclusive, autoaprobarse. Te aconsejamos que si es tu caso te apoyes en profesionales que te ayuden a desarrollar mejores relaciones con otros y contigo mismo. Consulta nuestro listado de expertos.

¿Cómo detectar la disfuncionalidad en la aprobación?

Puede ser que no te hayas dado cuenta de cuán importante es para ti sentirte valorado y aprobado por otros, o puede que haya alguien cerca tuyo que parece darle demasiada importancia a las opiniones ajenas...pero, si se trata de salir de dudas, el doctor en psicología Leon F. Seltzer ha señalado las siguientes 'evidencias' de disfuncionalidad:

Quien tiene problemas de aceptación siente la obligación de hacer todo de la manera más perfecta posible.

Tratando de 'tener a todos contentos' el nivel de presión autoimpuesta nos arrincona y convierte en perfeccionistas angustiados, con pensamientos como "no basta, no soy suficientemente bueno" .

Descubre tu nivel de felicidad

Ten cuidado, querer ser el mejor en algo o hacer las cosas de manera excelente no debe motivarse por considerar que si no lo logras eres menos valioso.

Cuando asociamos el fracaso a la desaprobación es fácil creer que lo mejor es no intentarlo siquiera. Aprender a no involucrarnos en nada en donde el éxito no esté asegurado, es una reacción de aquellos que tienen problemas de aprobación a raíz de haber experimentado rechazo por un fracaso en algún punto de su desarrollo.

La posibilidad de tener que pagar ese precio (la desaprobación) es demasiado alto para estos individuos, pero lamentablemente al no arriesgarse tampoco tienen la oportunidad de tener éxito.

"Nada grande fue jamás conseguido sin peligro" Nicolás Maquiavelo

• Dejas distancias con otros porque presientes la desaprobación

Es inevitable que hayan personas a las que no les agrademos por completo, el tema es que para quienes luchan con la necesidad urgente de ser aprobados es díficil sobrellevarlo.

Sí hay una diferencia entre autoestima y ego

Para evitar esas situaciones optan por ser distantes con otros y no crear vínculos demasiado estrechos en sus relaciones.

Nuevamente lo que nos sucedió en la infancia puede ser el origen de esta conducta, pues si no sentimos la total aprobación de nuestros padres o no hubo nada que nos conectara con ellos, pudimos haber aprendido a negar la necesidad de cualquier tipo de apego.

A veces las personas con problemas de aprobación no lo aparentan, ni lo notan. Puede ser que instintivamente para sentirse a salvo mantengan distancias, sientan con frecuencia desconfianza de los demás, y expresen ira para proteger su aislamiento.

• Eres complaciente y no te das prioridad

Ni sentirnos el centro del universo, ni sentirnos los menos importantes es sano.

"La necesidad de aprobación de los demás equivale a decir: Lo que tú piensas de mí es más importante que la opinión que tengo de mi mismo" - Wayne W. Dyer, psicólogo estadounidense.

Una persona dependiente de la aprobación aprendió en algún momento a anteponer los deseos de los demás a los suyos propios. De alguna forma llegó a la conclusión (consciente o no) de que ser complaciente era lo más adecuado, aun cuando eso signifique no darse prioridad.

Intentar complacer a los demás es muy agotador porque se acompaña de la sensación de ser responsable de los pensamientos y sentimientos de ellos. De alguna forma 'depende de ti' que estén bien los demás aunque quizá en el proceso olvides pensar en lo que quieres tú.

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Tal vez al repasar estos puntos te hayas visto reflejado y un poco confrontado, pero la idea es que mires hacia el frente y avances, fortaleciendo tu autoestima, conociéndote cada vez mejor y destacando tus propios logros, sin esperar los aplausos de los demás.

Muchas veces nos equivocamos y en realidad los demás no esperan nada distinto de nosotros sino que seamos nosotros mismos.

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