Los síntomas de un mal compañero de trabajo

Muchas personas pasan más tiempo en la oficina, con sus compañeros, que en la casa con su familia. Por esa razón, tener un mal ambiente en el trabajo puede convertirse en un desencadenante de estrés, malestar físico y angustia. ¿Sospechas que la causa de tu estrés laboral es un mal compañero de trabajo o acaso, tú mismo contribuyes al mal ambiente?

Identifica los síntomas más comunes entre los 'malos' compañeros de trabajo para saber si tú eres uno de ellos o si, efectivamente, debes evitar la compañía de "aquel" compañero que pone a prueba tu paciencia:

Son imponentes

Este indicador aplica para nuestros pares, pues la labor de todo superior es dictar instrucciones y no se les debe culpar por ello. Sin embargo, por buenas que sean tus intenciones si intentas constantemente de imponer tu manera de hacer las cosas para que los demás las hagan igual, estás en peligro de convertirte en un compañero molesto.

No hay necesidad de ser intrusivos en el trabajo de los demás si no es tu labor, si no te han pedido consejo o si lo haces solo porque no te gustan los métodos de los otros. Para construir un buen equipo debemos aprender a escuchar y estar abiertos a las sugerencias.

"La unidad es la variedad, y la variedad en la unidad es la ley suprema del universo" Isaac Newton

No respetan el tiempo de otros

Cada uno de nosotros debe apersonarse de su agenda pues aunque parezca una tontería, preguntarle continuamente a los otros cuándo serán las reuniones, cuáles son las metas o incluso plantearles preguntas que fácilmente podríamos responder a través de una búsqueda en Internet, se vuelve molesto cuando es continuo y repetitivo.

Quizá no es nuestra intención molestar a otros, pero la calidad de nuestro trabajo no debe 'recostarse' en las ayudas que nos dan los demás, que claramente tienen sus propias responsabilidades.

Hacen lo mínimo

Frecuentemente en muchas oficinas los proyectos se desarrollan por etapas, lo que lleva a que los materiales se roten entre compañeros. Cuando hablamos de hacer lo mínimo nos referimos a quienes no les interesa facilitar las labores de los otros o no se ponen en el lugar de los demás.

Si sabes que, por ejemplo, un documento no le servirá a tu compañero en determinado formato o que con un pequeño cambio le ayudarías mucho, el no hacerlo demuestra que no estás sintonizado con el trabajo en equipo.

Asumen que los demás 'tienen que' entender

Muy de cerca al punto anterior, estos casos se dan cuando no nos molestamos por empapar a los otros acerca de los detalles de un proyecto que hemos coordinado previamente, y simplemente le entregamos el material sin ninguna explicación.

¿Te han llegado largos correos en los que te demoras más encontrando lo que debes hacer, que haciéndolo? Esto es muy común, así que por solidaridad con tu equipo, procura demostrar consideración dando una breve descripción de lo que esperas de los demás o haciendo un resumen práctico.

Amantes del desorden

Una cosa es ser desordenado en tu espacio y otra afectar a los demás con tu caos. Los malos compañeros tienen, por ejemplo, muchas versiones de un mismo documento sin tener claro cuál es la última que los demás deben usar. Es usual que entreguen el material sin ningún nombre específico o filtro, quizá con la buena intención de que será útil, pero generando en realidad un retraso innecesario en las tareas de terceros.

Malos administradores de correos

Muchas veces estas personas responden a los correos sin considerar detalles como no incluir a todos… Es más probable que exista una sola persona o unas pocas realmente responsables e interesadas en lo que se vaya a decir, pero llenar las bandejas de entradas de otros sin necesidad alguna puede convertirse en una práctica de un mal compañero.

También se aconseja esperar a tener la información o respuestas completas para no enviar varios correos con datos fragmentados que pueden ser confusos al final.

Trabajan por su cuenta

Ser un mal compañero también se evidencia cuando no nos importa el trabajo en equipo, no nos importa ayudar a los demás cuando podemos y mucho menos señalar sus errores y hacerlos quedar mal ante otros. Si crees que estás cayendo en alguno de estos comportamientos y que te estás "agotando" laboralmente, es probable que estés sufriendo el Síndrome de Burnout y requieras ayuda profesional.

"Los logros de una organización son los resultados del esfuerzo combinado de cada individuo" Vince Lombardi.

Son muy negativos

Un mal compañero puede ser muy productivo y parte de ello puede deberse a la capacidad de detectar errores, el problema es que suelen señalar los problemas pero no brindar soluciones.

En relación a sus compañeros pueden ser muy negativos en sus comentarios y para nada constructivos. Se distinguen por dar sus opiniones sin ningún filtro y dejar las conversaciones a medias creando un ambiente de malestar.

"Ninguno de nosotros es tan bueno como todos nosotros juntos" Ray Kroc.

Se resisten al cambio

Al tener problemas para reconocer sus propios errores, y considerar que sus métodos son los mejores, los malos compañeros tienen dificultades para enfrentarse a los retos de los cambios. Son resistentes a la innovación porque pueden sentirse muy tranquilos en su zona de confort, pero el que "nunca se haya hecho" no quiere decir que no sea una buena idea.

Te invitamos a examinarte y corregir si es que tienes alguna de estas actitudes. Ten paciencia si estás rodeado de alguien así y recuerda que lo más importante es no dejarte "contagiar" por una mala actitud sino intentar "contagiarlo" de una buena.

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