¿Conoces las características y tratamiento del Trastorno Límite de la Personalidad? (también conocido como Borderline)

A pesar de los avances e investigaciones, no existe todavía evidencia suficiente que ayude a clarificar las causas de esta enfermedad. Algunos estudios sugieren que puede ser heredado, sin embargo hay algo que sí tienen en común los que padecen esta enfermedad, y es que los factores sociales y ambientales que rodean a cada persona pueden aumentar el riesgo de generar este desorden en la personalidad.

Ahora bien, ¿cómo se detecta el trastorno límite de la personalidad? A continuación describimos sus principales características:

• Miedo extremo al abandono: en situaciones tan comunes como cuando un amigo dice que se va de vacaciones, pueden actuar frenéticamente y entrar en estados de pánico pensando que los van a abandonar.
• Relaciones intensas y tormentosas con la familia y amigos: Idealizan a las personas, pero así como hoy alguien puede ser lo mejor que les pudo pasar, mañana tal vez no
• Impulsivos y desenfrenados comportamientos: desde ser compradores compulsivos hasta practicar actos de sexo inseguro.
• Comportamiento suicida y amenazas con hacerse daño: En sus momentos de desenfreno mental pueden cortarse la piel y hacerse daño ellos mismos.
• Estados de ánimo intensos y cambiantes: Al no saber realmente la esencia de su ser, adoptan diferentes personalidades y actitudes. Es normal en un mismo día ser distante y cercano, autoritario y permisivo, o amistoso y odioso, con una misma persona.
• Sentimientos crónicos de vacío y aburrimiento: Desmotivación por la vida es el sentimiento más común de las personas que padecen esta enfermedad.

Tratamiento del Trastorno "Límite de la personalidad"

El tratamiento se deberá priorizar y establecer en gran medida en dependencia de cada caso en particular ya que en muchas ocasiones este tipo de trastornos vienen acompañados por otros trastornos psiquiátricos como depresión, a los cuales hay que prestarles mucha atención a la hora de plantear la terapia. Dado lo anterior, el primer paso es un diagnóstico completo y acertado teniendo en cuenta posibles trastornos complementarios.

Una vez completado el diagnóstico, el terapeuta procede a establecer las prioridades y puede empezar a trabajar con el paciente, que en la mayoría de los casos es quién cuenta con la iniciativa de buscar ayuda, ya que este trastorno se caracteriza por afectar anímicamente a las personas que lo padecen y a sus allegados.

Con un plan claro, se comienza el tratamiento y soporte con diferentes objetivos que tienen como fin conseguir la independencia emocional del paciente, la mejora de la comunicación, mejora de la autoestima, control de la impulsividad e ira, control de estrés y en combatir la depresión por medio de la autoconfianza.

Todo lo anterior es una trabajo a largo plazo y continuado que depende del vínculo que se establezca entre el terapeuta y el paciente, ya que tiene que existir colaboración mutua para que durante las sesiones todos los objetivos se vayan cumpliendo y sus resultados puedan mejorar la calidad de vida del que padece el trastorno y su entorno.

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