Identifica si estás viviendo una relación tóxica

Cuando nos enamoramos, no vemos los defectos del otro. Esto es así porque en la primera etapa del enamoramiento, el cerebro desactiva los mecanismos de alerta ante algunos defectos que, en un estado normal, nos parecerían desagradables.

Pasado un tiempo, el ardor inicial se reduce a niveles más manejables y vamos reconsiderando nuestra percepción sobre el otro. Hay defectos llevaderos, pero hay otros que son inaceptables porque vulneran nuestros derechos y nuestra dignidad.

¿Cómo puedo darme cuenta de que estoy en una relación tóxica?

1. Sientes amenazada tu libertad individual. Ya no puedes programar tu agenda sin el consentimiento de tu pareja. Debes consultar cualquier movimiento (por inocente que sea) y sufres porque no acepta a tus amigos o tu entorno familiar. El control también pasa por criticar el tipo de ropa que llevas, por influir en tus decisiones más personales y hacerte sentir culpable por temas que no son tu responsabilidad. La coacción, al principio, puede ser interpretada como un sentimiento de protección pero en la medida en que afecta tu libertad de movimiento y pensamiento, hay que poner un freno.

2. No te gusta que se burle de ti constantemente. Una cosa es reírse uno del otro en ocasiones puntuales y, otra muy distinta, que tu pareja se la pase riéndose de ti y te humille en público. En una relación tóxica siempre habrá una persona dominante que intenta manipular emocionalmente al otro y esto pasa por hacerlo sentir mal y reírse en su cara (de sus defectos, de su forma de hablar, de sus sentimientos). El manipulador genera inseguridad en el otro para debilitarlo.

3. Te sientes mejor sin tu pareja. Esos momentos de soledad en los que tu pareja no está encima asfixiándote, son los que más disfrutas. Esa puede ser una señal de insatisfacción a la que deberías prestar atención. ¿Ya no te la pasas tan bien con tu pareja como cuando comenzaron la relación? ¿Pasar tiempo con tu pareja te genera más estrés que bienestar? La respuesta puede ser la pauta que necesitas para establecer un límite.

4. No te escucha cuando hablas de tus sentimientos. La persona dominante, en una relación tóxica, sólo está pendiente de sí misma. No se preocupa por los sentimientos ajenos, porque considera que la otra persona es inferior. Las señales que te dan a entender esta situación es que le da muy poca importancia a la conversación, cuando surge como iniciativa tuya; considera que exageras cada vez que planteas un problema en la relación de pareja y, en general, menosprecia tus sentimientos.

¿Cómo puedo salir de una relación tóxica?

1. Haz caso a tus amigos más íntimos y a tus familiares cuando te adviertan de que algo no va bien, porque tu pareja está deteriorando tu autoestima y te está llevando a límites de depresión o ansiedad. Las personas que más te conocen sabrán reconocer señales de alerta y prevenirte para que vayas tomando decisiones respecto a tu relación.
2. La intervención de un psicólogo experto en terapia de pareja es vital en estos casos porque el profesional sabrá ayudarte a identificar aquello que no funciona y devolverte la seguridad que necesitas para ir saliendo de esa relación nociva.
3. Alejarse de la persona tóxica es el primer paso para recuperar autoestima y dignidad. Por supuesto que la persona intentará volver una y otra vez, pero si ya estás consciente de que aquella relación te hacía daño, no te engañes. Sigue adelante con tu vida y no sientas miedo a la soledad. Estar sin pareja, por un tiempo, te oxigenará y te permitirá volver a tomar las riendas de tu propio camino.
4. Si hay hijos pequeños de por medio, resulta más complicado salir de una relación tóxica pero no es imposible. Por el bienestar de los niños es mejor que papá y mamá dejen de hacerse daño y que ambos se puedan presentar ante sus hijos sin inseguridades ni conflictos de pareja graves.

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