Dudo de mi sexualidad...
Día tras día me doy cuenta que las actitudes de mis amigos se tornan agresivas y cuentan cosas de mujeres grandes, como sus senos y demás, pero a mí no me causa ninguna sensación como ellos dicen. Después dos de ellos nos muestran unas fotos y videos de mujeres desnudas, y veo que a ellos les gusta mucho, pero no lo entiendo.
Después de eso siguen comentando y se empiezan a tocar la entrepierna, cuando veo que los demás se ponen ansiosos y algo así felices, yo solo me siento intimidado y decido irme.
Un tiempo después siguen con lo mismo, y, a mí no me causa gracia, ignoro todo eso y poco a poco empiezo a alejarme.
Mucho tiempo después, cuando menos me lo esperaba, una chica llamada Estefanía, me propone que yo sea su novio, y le digo que sí, ese mismo día al atardecer nos dimos un beso, pero no percibí ninguna sensación solo sentí sus labios junto a los míos y nada más.
Duramos más o menos un mes, y en el transcurso de esos días me sentía muy incómodo, así que decidí acabar con esa relación.
Solo me sentía muy confundido porque se suponía que yo me iba a sentir más hombre como decían mis amigos, pero no me pasó nada similar.
Mucho tiempo después ya teniendo un poco de experiencia en esto decido explorar, y veo imágenes de mujeres desnudas y causan en mi cosquilleo extraño, y me doy cuenta de lo que hablaban mis amigos. Después decido ver uno de esos videos y despierta mi curiosidad, pero no hacia aquella mujer, sino que, en aquel hombre corpulento y atractivo.
Pienso sobre eso y me doy cuenta que estaba mal, que no era correcto, y desde entonces no volví a ver ese tipo de cosas, pero cada vez que veía en la calle o la Internet chicos atractivos, sentía como mi corazón se aceleraba y hacia que pensara cosas obscenas sobre ello, pero sabía que eso estaba mal.
No podía dejar de pensar en ese tema y recurrí como siempre lo hago a la Internet, y decía que eso se llamaba "homosexualidad " y que se manifestaba en la pubertad, exactamente cómo me estaría pasando, pensaba que algo andaba mal con migo que era uno de esos hombres que se comportaban como una mujer, pero yo no quería eso para mi vida. Así que negaba eso esperando que se me pasara, hubo un tiempo donde me sentía sucio y asqueroso por pensar en eso, mi autoestima estaba por el suelo y me sentía la peor basura.
Y... Paso algo totalmente inesperado: me enamoré, solo no podía evitar sentir ese amor, esa impotencia, esa angustia, ese agrado y esa felicidad dada a mis circunstancias. Pero para mis desgracias y tristezas, no era de una chica, era de un chico; se llamaba Justin, era uno de mis amigos en aquellos tiempos, no sabía si sentirme feliz o triste por ello, puesto que me sentía asqueroso, decepcionado, confundido, pero sobre todo, vergüenza, sobre mi y sobre quien era.
Nunca le conté nada a nadie por que sabia, que no era correcto; no era correcto ante los ojos de Dios, ni para cualquier otro ser sintiente, solo era un desagrado y una asquerosidad para todo el mundo. A Justin y a mí nos separaron, después de pasar el año escolar el estaba en otras clases al igual que yo.
Luego mucho pero mucho tiempo después, seguía pensando eso y sintiendo eso, me decía que tal vez solo necesitaba enamorarme de una chica, para que se me quitara ese pensamiento, y por casualidad extraña la conocí, se llamaba, Fernanda; al principio creí que sería de ese tipo de chicas que me hablaría por un tiempo y después se alejaría, pero no fue así, y al pasar de los días solo me enamoraba más de ella.
Luego decidí contarle a un amigo, y el le cuenta a aquella chica que entonces es mi amiga, al saber que se entero pues ya no había nada que hacer, solo quedaba contarle todo lo que sentía, pero ella de buena manera me dice que yo solo estaba confundido y que no estaba enamorado. Yo seguía insistiendo tiempo después pero seguía rechazándome, pero lo que no me esperaba es que ella, se convertiría en mi mejor amiga.
Tiempo después aprendí que nada sacaba con ser solo una persona que sigue cualquier cosa, y que debía hacer algo al respecto, y fue gracias a mi mejor amiga que aprendí de mi error y salí de aquella burbuja en la que estaba.
Conocí que es la verdadera felicidad y la pérdida del tiempo, además de la aceptación conmigo mismo.
Olvidé aquel tema, y solo tenía ojos para verla, perdía la noción del tiempo al estar junto ella además de tener una sincera amistad.
Pero claro, ella me seguía rechazando y yo por mi parte seguía insistiéndole, entonces comprendí que era mejor dejar las cosas así y como estaban, pero no podía dejar de sentir ese sentimiento tan bello y tan puro.
Mucho más tarde, ya eramos pocos los amigos de antes y mi relación con Fernanda era cada vez más fuerte; hubo una vez donde ese sentimiento de amor estaba casi ausente pero ella logró revivir aquella llama casi apagada, pues ella me dio un beso, fue tan corto que apenas lo recuerdo, pero logró en mi lo que nunca pensé que sucedería, y fue de enamorarme otra vez.
Pero nunca volvimos a tocar tema, yo solo estaba muy confundido, pues desde entonces se fue perdiendo otra vez el amor.
No volví estar enamorado de Fernanda, fue como si ese beso rompiera aquel hechizo que estaba sobre mí.
Estaba tan deprimido que comprendí que aquella felicidad no sólo se logra al estar enamorado, si no que al estar al lado de quienes aprecias y valoras...
Tiempo después se cumplió mi mayor miedo; solo era inevitable y no se podía hacer nada al respecto, pues, me enamore otra vez, mi amor era más fuerte y más puro que el que sentía por Fernanda, pero no me enamore de una chica, sino de un chico su nombre era, Diddier.
Era muy difícil disimular y evitarlo, muchas veces me lo tope y converse con el, solo me quedaba perdido entre sus ojos hasta que el decía que, qué me pasaba pero yo le inventaba cualquier excusa para distraerlo.
Cuando me pedía un favor era imposible decirle que no, cuando me llamaba era irresistible no ir, pero cuando me hablaba calmaba todo de mi olvidaba todo lo que estaba asiendo. Pero para mis desgracias, no volví a saber nada de él, puesto que el se cambió colegio y no volvimos a hablar.
Todo este tema me dejo muy pero muy confundido, no estaba seguro de mi sexualidad, no sabía si era heterosexual, homosexual o bisexual, simplemente era la incógnita en mis pensamientos.