Conoce el poder de la escucha activa

Entender lo que se nos dice desde el punto de vista de quien nos habla, sus sentimientos y motivaciones. Ese es el gran poder de la escucha activa, una habilidad comunicativa que nos permite empatizar con las personas a un nivel más íntimo, conociendo sus motivaciones y aspiraciones.

Esta habilidad está claramente presente en todos nosotros, pero usualmente no sabemos muy bien cómo aplicarla y tendemos a tropezar con algunos obstáculos que entorpecen nuestra posibilidad de escuchar activamente. ¿Te has preguntado alguna vez qué tan bueno eres para escuchar?

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Si aplicamos la escucha activa en nuestra conversaciones con amigos, familiares e, incluso, con desconocidos, creamos un clima de confianza especial que facilita el entendimiento entre todos. También nos ayuda a manejar conversaciones con alto nivel de tensión, por eso esta habilidad es potenciada en negociadores policiales para que puedan manejar situaciones de rehenes de una mejor manera. Con la escucha activa podemos aprender del otro, no solo lo que nos está diciendo en el momento sino de sus sentimientos, pero no te preocupes si te resulta difícil, si necesitas ayuda para expresarte mejor puedes consultar nuestra lista de psicólogos expertos (aquí), además de repasar los siguientes puntos:

Las principales fallas en nuestra forma de escuchar

Antes de avanzar en mejorar nuestra escucha activa tenemos que analizar la forma en la que estamos interactuando con los otros durante las conversaciones. ¿Estamos escuchando de verdad o solo dejamos pasar el tiempo hasta que nos llega el turno de hablar? De acuerdo con el Observatorio Comunicación en Cambio de la Universidad de Alicante (España) debemos ser muy conscientes de esta serie de obstáculos para poder superarlos y avanzar. Estos son el simular que escuchamos, tener la atención repartida, querer hablar primero y mantener la atención en nosotros mismos. ¿En qué consiste cada uno?

• Simular que escuchamos: Este es uno de esos obstáculos que nos ponemos casi de manera inconsciente. Estamos en medio de una conversación y dejamos que nuestra mente divague, pensando en nuestros propios problemas y quizá haciendo planes para cuando termine dicha charla. Si estamos en medio de una conversación debemos poner todo de nosotros para compenetrarnos con el otro.
• Atención repartida: Cuando tenemos nuestra atención repartida, o dividida, no nos implicamos verdaderamente en la escucha porque estamos pendientes de elementos externos a la conversación.
• Querer hablar primero: Este es un obstáculo que puede impedir que de verdad nos impliquemos en una escucha activa. El problema yace en que queremos dar nuestro punto de vista ante lo que escuchamos y podemos llegar a interrumpir, dificultando el flujo de la conversación. Al querer hablar primero y querer expresar nuestros punto de vista, podemos impedir que nuestro interlocutor se comunique con nosotros de una manera efectiva y más constructiva.
• Atención en nosotros mismos: Muchas veces en medio de una conversación empezamos a pensar en la forma en la que estamos escuchando, si lo estamos haciendo bien o no, y esta es una forma de distraernos de la escucha activa.

Otros elementos a tener en cuenta a la hora de nuestras conversaciones, si queremos hacer uso de la escucha activa, son no juzgar al otro pese a lo que nos cuente; no rechazar sus emociones; no buscar solucionar sus problemas sino solo escuchar y dar opiniones justas; además de no desviar la conversación hacia nuestras propias historias.

Véase además: La asertividad, una cualidad cada vez más valorada

¿Cómo mejorar tu escucha activa?

Hay muchas técnicas y consejos que podemos aplicar para mejorar de manera consciente nuestra manera de comunicarnos y, en específico, para garantizar que en nuestras conversaciones hagamos uso de la escucha activa.

• Repite lo que escuchas: Esta es una estrategia que es de mucha ayuda tanto para ti que escuchas como para la persona que habla. De esta forma demuestras que estás prestando atención a la conversación y ayuda a que tu interlocutor pueda aclarar aspectos de lo que te está comunicando.
• Interactúa e interésate por la conversación: Si haces preguntas, en el momento adecuado, también demuestras que te interesa la conversación. De esta forma puedes ayudar a que la otra persona se sienta más relajada hablando contigo y te ayuda a tener más información sobre el punto de vista que tiene sobre lo que cuenta.
• Redirige la conversación: Muchas veces las conversaciones tienen a ‘irse por las ramas’ y se divaga. Si estamos atentos y estamos escuchando activamente podemos redirigir la conversación hacia el tema que realmente importa, reduciendo al mínimo las distracciones.
• Ayuda a dar claridad: Este aspecto es clave en la escucha activa y es una de sus principales virtudes. Tenemos que ser capaces de ayudar al otro a comprender lo que quiere decir, poniendo en orden sus sentimientos y emociones. Esto lo logramos también haciendo preguntas que estimulen su capacidad de tomar decisiones
• Respeta los silencios: No trates de llenar los silencios con tus propias palabras. Deja que la otra persona se tome su tiempo para dar claridad a sus pensamientos y emociones. Esos puntos suspensivos en la conversación sirven para que se piense y reflexiones sobre lo que se está hablando.
• El lenguaje corporal es importante: En la escucha activa el lenguaje corporal también es fundamental, ya que podemos reflejar con nuestra postura y expresiones faciales cuanto nos importa la conversación. Ten una postura abierta, no cruces los brazos sobre tu pecho y muéstrate siempre interesado.

Trata de seguir esta serie de consejos y aplicarlos poco a poco en tu vida. Vas a darte cuenta rápidamente todo lo que habías dejado de escuchar y cuánto habías dejado pasar por alto. Con la escucha activa vas a notar como te podrás compenetrar y entender mucho mejor a quienes te rodean. ¡Haz la prueba!

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