La primera impresión SÍ es determinante

Estudios señalan que nuestro primer contacto con una persona desconocida puede ser determinante en la idea que tendremos de esta a futuro.

20 AGO 2018 · Lectura: min.
Son varios los investigadores que han tratado de determinar los motivos por los cuales nos hacemos primeras impresiones que terminan perdurando.

No juzgar al libro por su carátula es un adagio ampliamente conocido en América Latina y se refiere a que no debemos formarnos una opinión de una persona por su apariencia. Sin embargo, pese a la gran lógica que esconde este argumento, estudios científicos señalan que es muy difícil deshacerse de la primera impresión que tenemos de una persona e incluso afirman que la primera impresión sí es determinante a la hora de establecer relaciones sociales.

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Vivian Zayas, profesora asociada del departamento de psicología de la Universidad de Cornell en Estados Unidos, llevó a cabo un estudio donde quedó claro que las primeras impresiones que se tienen de una persona no solo perduran en el tiempo sino que condicionan nuestras interacciones posteriores con ellas.

En el experimento se les pidió a los participantes que miraran las fotografías de cuatro mujeres, en unas imágenes aparecían sonriendo y en otras expresión neutra, y se formaran una opinión de ellas. En cada foto los 55 participantes de la investigación debían evaluar si serían amigos de esas mujeres, indicando si eran agradables y si su personalidad era, o no, extrovertida, agradable, emocionalmente estable, concienzuda y abierta a nuevas experiencias.

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Entre un mes y seis meses después, los participantes tuvieron la oportunidad de reunirse con las mujeres y jugar un juego de preguntas y respuestas por diez minutos. Posteriormente se les indicó que intentaran conocerse lo mejor posible por otros diez minutos. Después de cada interacción, se les pidió que volvieran a calificar a las mujeres.

"Lo que es notable es que a pesar de las diferencias en impresiones, los participantes interactuaban con la misma persona, pero salieron con impresiones drásticamente diferentes incluso después de una interacción cara a cara de 20 minutos", dijo Zayas.

De acuerdo con la investigadora, este tipo de comportamientos tendrían dos explicaciones. Una de ella es el concepto llamado confirmación del comportamiento o profecía autocumplida que explica, al menos en parte, la coherencia en los juicios de simpatía. Los participantes del estudio que habían dicho que les gustaba la persona en la fotografía tendían a interactuar con ellos cara a cara de una manera más amigable y comprometida, dijo. "Están sonriendo un poco más, se están inclinando un poco más hacia adelante. Sus señales no verbales son más afectuosas. Cuando alguien es más afectuoso, cuando alguien está más comprometido, la gente se da cuenta de esto. Responden de la misma manera", explica la investigadora.

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Otra de las explicaciones a este fenómeno podría ser el denominado efecto halo: Los participantes que le dieron a la persona fotografiada una evaluación positiva también les atribuyeron otras características positivas.

"Vemos a una persona atractiva como también socialmente competente, y suponemos que sus matrimonios son estables y que sus hijos están mejor. Vamos más allá de ese juicio inicial y hacemos una serie de otras atribuciones positivas", dijo Zayas.

La importancia que se le da a la apariencia

Son varios los investigadores que han tratado de determinar los motivos por los cuales nos hacemos primeras impresiones que terminan perdurando. Para el investigador Alexander Todorov, de la Universidad de Princeton en Estados Unidos, tan solo se necesitan 40 milisegundo para tener una idea muy personal, irracional y particular del carácter de una persona. El cerebro interpreta los rasgos que estamos viendo de manera inconsciente para establecer si nos inspiran confianza, peligro o cualquier otro tipo de emoción.

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A su vez Christopher Olivola, de la Universidad Carnegie Mellon, señala que en muchos casos las personas se dejan llevar por esa superficialidad y los prejuicios que podamos llegar a tener. Este fenómeno es muchas veces llamado 'faceism' ('carismo' en español) y hace referencia a la importancia del rostro en el porvenir de un individuo y en cómo se le juzga. En la mayoría de los casos, las personas mejor parecidas fueron mejor consideradas que otras menos agraciadas. Las personas más guapas generalmente eran asociadas con rasgos positivos como los del liderazgo o la honestidad.

"La gente le da mucho peso a las apariencias y olvidan lo que ya saben. Hoy en día, con los perfiles online, podemos formarnos impresiones antes de hablar con alguien, incluso antes de que conozcamos a la persona", explica Olivola.

Pese a que este tipo de comportamiento es innato en el ser humano, podemos poner lo mejor de nosotros para tratar de librarnos de los prejuicios e ideas preconcebidas y, de esta forma, tratar de juzgar los libros por su contenido, y lo que atesoran sus páginas, pese a que nos tome más tiempo conocerlos.

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Revisado: Ana Saturia Franco

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Comentarios 1
  • Sonia torres

    Estoy totalmente de acuerdo con este reportaje, a veces me ha ocurrido que he conocido a personas y no me ha gustado nada la primera impresión que he tenido, incluso me ha ocurrido que no me han caído bien. Es verdad que al revés también me ha ocurrido, personas que me han gustado a la primera impresión y luego han resultado ser groseras, antipáticas, egocéntricas. Desde hace mucho tiempo ya intento no juzgar a las personas y no criticarlas, tener más empatía con ellas.

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