Influencer, un arma de doble filo
El caso de la influencer Jessy Taylor a la que le cerraron su cuenta de Instagram, de la que devengava dinero, nos enseña una importante lección.
No es malo darse a conocer en las redes sociales sin importar cuál sea; lo malo es depender de ellas sin tener un seguro. Me explico: Si el único ingreso que tienes es mediante el uso de una red social y no tienes un respaldo que te permita obtener ingresos extra, como una carrera profesional, las posibilidades de sobresalir en una sociedad materialista como la nuestra son nulas.
El caso de Jessy Taylor es un ejemplo, ya que ella obtenía ingresos subiendo vídeos o imágenes a Instagram, supongo yo ya que nunca aclaró cómo utilizaba su cuenta. Lo importante en este caso es que personas como Taylor existen en todo el mundo. Son personas que nunca fueron a la universidad y por las pocas habilidades que tienen, no pueden realizar otras actividad que estar frente a su celular y actuar como un gurú en temas relacionados con la belleza, los videojuegos, o los famosos retos (más conocidos como 'challenges').
Vivimos en un mundo de distracciones donde la información viaja tan rápido que no te deja ni pestañear y en donde vale tener más 'likes' que valor como seres humanos. Vamos perdiendo progresivamente los sentimientos y nos convertimos en autómatas para los cuales lo más importante es la apariencia ya que lo interior no cuenta.
Ahora se preguntarán: ¿estoy en contra de los influencers? Por supuesto que no, no soy nadie para juzgar a la gente que usa las redes para darse a conocer. En primer lugar porque uso también redes sociales: Facebook es la red social que más uso; también uso Linkedin aunque admito que poco, y sólo he subido tres vídeos de Youtube. Esto no me convierte en una persona con la capacidad de influenciar a otros a través de las redes pero al utilizar las redes sociales automáticamente me encuentro con el ojo crítico de aquellos que lo ven como una pérdida de tiempo y, por lo tanto, no soy nadie para juzgarlos.
Pero sí para aconsejarles a quienes piensen darse a conocer en el mundo de los influencers y transformarse en los nuevos Rubius, Germán Garmendia, Yuya, etc. ¿Qué sucedería si las redes, la Internet o, peor aún, la tecnología en general desapareciera? ¿Qué otras habilidades tienes que no sea estar frente a una cámara? Daniel Samper es youtuber pero ante todo es periodista y escritor, igual Ángel David Revilla conocido en Youtube por el nombre Drossrotzank, quien estudió periodismo en la universidad y usa Youtube para darse a conocer.
Esto no lo digo para criticar a los influencers pero sí para advertir y aconsejar a aquellos que ven la oportunidad de volverse famosos por la vía fácil que sin un título la vida será la misma que la de Sísifo en el Tártaro: moviendo una gran roca sobre una colina para llegar a la cima y verla caer al punto de partida.
La vida no tiene sentido si la vives en las redes.
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Considero que tener un título no condiciona tu vida, grandes emprendedores no tienen títulos pero han destacado en el campo en el que decidieron actuar, artistas Shakira, futbolistas Carlos Valderrama, James Rodríguez no tienen título pero han servido de ejemplo y han influido a muchas personas y generaciones, igual, que tu escojas como opción de vida destacar en las redes sociales me parece válido, lo que no es coherente dar testimonio sobre algo que no eres, en este caso el autor confunde la causa con el efecto