Lecciones sobre el dolor humano
Este articulo intenta realizar un corto acercamiento hacia la compresión del sufrimiento, la angustia y el dolor del ser humano, sus expresiones y alternativas de solución.
Muchas personas se acercan a mi consulta buscando una respuesta inmediata a lo que les pasa; después de conversar con ellos y hacer una evaluación diagnóstica del motivo de consulta y la demanda que traen, es inevitable darse cuenta del dolor que llevan consigo ¡quién sabe desde hace cuánto tiempo! Algunos vienen con la clara idea de qué, cuándo y cómo empezó todo -aunque no hayan logrado resolver aquello que les aqueja-; otros apenas comienzan a recorrer ese camino. Lo que sí es cierto y en este sentido, jamás se me olvida lo que alguna vez me dijo un compañero terapeuta:
"toda persona que acude a psicoterapia comparte un sentimiento: tristeza"
Una tristeza, acompañada de una exacerbación del dolor a la circunstancia que viven; que al verse cargada, aplazada u ocultada su elaboración, finalmente toca tan fuertemente a la puerta limitando incluso las posibilidades que antes eran el día a día. Entonces, la persona comienza a sentir y compartirnos situaciones como: "ya no salgo con mis amigos", "me cuesta dormir", "me cuesta concentrarme en el trabajo", "siento que no soy quien era", "no sé si pueda a volver a ser el mismo/a"; frases que parecieran indicar un "antes y después", una sensación de pérdida y confusión de quién está sentado al frente nuestro.
Bajo este panorama, es fácil encontrar en el medio cercano voces que se apresuran: por un lado, a rotular el dolor de quien lo padece, con un diagnostico psicopatológico -que aunque en muchos casos puede dar luces, no resuelve en sí mismo el sufrimiento- y por otro lado, a hacer presión sobre una rápida recuperación.
Sobre este punto, Solomon (2015) aclara:
"La depresión no es simplemente una exacerbación del dolor; pero cuando el dolor es demasiado grande puede convertirse en depresión. La aflicción es depresión en una magnitud proporcional a las circunstancias, la depresión es aflicción en una magnitud no proporcional a las circunstancias" (Pg. 18)
Estas actitudes obedecen en parte a la poca tolerancia y conocimiento acerca del sufrimiento humano y al mismo tiempo a la angustia de no saber cómo actuar frente a él; siempre se debe tener en cuenta, en caso que se padezca, que los problemas mentales son enfermedades y pueden provocar cambios orgánicos; no basta la popular "fuerza de voluntad"
Las manifestaciones del dolor varían según el estadio del desarrollo (Carlson, 2000; Papalia, Wendkos y Duskin, 2009); mientras que en los niños y adolescentes es muy común encontrar alteraciones en el comportamiento y estado de ánimo -que pueden asociarse con rabia e irritabilidad- , y de no atenderse a tiempo pueden conllevar de manera crónica a conflictos psicosociales como: bajo rendimiento y reprobación escolar, deserción escolar, conflictos y/o enfrentamientos físicos en la escuela u hogar, abandono del hogar, abuso de sustancias etc. En el adulto, es mucho más frecuente que haya una afectación general en todas las esferas de la vida: personal, laboral y social (Herrera Murcia, 2012)
En este sentido, cuando el disfrute y las posibilidades de vida pasan a segundo plano y comienzan a aparecer estas circunstancias de malestar, es vital buscar ayuda; pero además es indispensable asegurarnos que la persona que vive el dolor la acepte. Para transformar el sufrimiento el camino más adecuado nunca es negarse a él, sólo permitiéndonos aceptar que está presente en nuestras vidas es posible elaborarlo y sobreponerse.
Tal como dice Solomon (2015) recordemos:
"hay un espectro afectivo básico del que no podemos, ni debemos escapar, y considero que la depresión de halla dentro de ese espectro; muy cerca de la aflicción, pero también del amor"
Referencias bibliográficas:
Carlson, G. (2000). The challenge of diagnosing depression in childhood and adolesce. Journal of Affective Disorders, 61(1), 53-58.
Herrera Murcia, E. (2012). Elementos conceptuales y tendencias investigativas. ENCUENTROSq, 10(1), pp. 153-160.
Papalia, D., Wendkos, S., & Duskin, R. (2009). Psicología del desarrollo de la infancia a la adolescencia (undécima edición ed.). McGRAW-HILL.
Solomon, A. (2015). El demonio de la depresión, Un atlas de la enfermedad. Barcelona: Penguien Random House, Grupo editorial.
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